Cuando el amor llega responde preguntas que ni si quiera te llegas a plantear. Si, quiero acompañarte en tus locas aventuras y desventuras. , quiero enfrentarme a la distancia para que cumplas tus sueños. , quiero reír o llorar contigo.  quiero cuidarte. Sí, quiero casarme contigo.

El amor no trata de que desaparezcas de tú vida habitual, dejar de ser quien eres, o que simplemente esa persona sea el único punto de atención para ti. El amor de una persona, ya llegue por amistad o por compañero/a de nuestra vida en pareja, es, la reflexión que cada cuál optemos sin prejuicio alguno. Cada persona que pasa por nuestra vida nos muestra su personalidad, nosotros admiraremos sus bienes o males, y, quizás queramos obtener algo de ello, siempre y cuando lo adaptemos a nuestra personalidad, de ello trata ser uno mismo. No, no trata de no tener una personalidad propia.

Desde pequeños vamos observando y haciendo lo que nos dicen, nosotros mismos nos hacemos marionetas de actitudes personales que vamos viendo, hasta que nos damos cuenta qué es lo que no nos encaja y qué no va con cada uno de nosotros.
Es muy importante saber quién eres, qué quieres y sobre todo qué soporta tu personalidad. El ser humano jamás se parecerá él uno del otro, por muy parecidos que a veces puedan parecer, tenemos actitudes malas y buenas. Las malas, las podemos mejorar, pero cuando tenemos algún defecto de fábrica es casi imposible de quitar, lo dicho, mejorar sí. Saber qué reconocer errores y mejorarlos en sí mismo es nuestra propia evolución y éxito.

En mi caso, las personas que voy encontrando en mi vida, yo elijo con quien me quedo y con quien no, o con quien voy a tener una amistad más asidua y con quien no. Soy muy práctica, si algo no me gusta de alguien no voy a ceder, ni a conformarme y mucho menos a adaptarme. Yo sé qué efectos negativos o positivos mi personalidad va a soportar de la otra persona, por ello el amor hacia alguien siempre es puro con sus pros y contras, repito, esto no quiere decir que nos conformemos, o nos adaptemos de manera obligada, no, siempre y cuando sea porque nuestro corazón nos lo permita, dejándonos respirar libremente.

Así me voy haciendo de amigos y amigas, y, así conocí a mi marido, un amigo más.
Julián llegó a mi vida en un momento inapropiado, aunque tampoco se sabe cuándo llega alguien ni cómo.
Nosotros nos parecemos muchísimo en muchos aspectos, “obvio que en todos no, o más bien, el parecido es normal que no llegue al 100%”. Nuestra amistad fue -y es- tan fuerte que el amor empezó a tomar protagonismo, y bien que lo tomó, a día de hoy lleva nuestros corazones unidos.

Julián y yo tenemos un carácter que al igual que nos compenetra muy bien, nos ha hecho discutir mucho, al final siempre llegamos a un mismo acuerdo, jamás hemos quedado en desacuerdo. Discutir no es malo, si no lo llevas al extremo; es normal que a veces estemos en desacuerdo o equivocados, cada uno defiende sus ideales, hasta que siempre y cuando uno reflexione “por sí mismo”, y que la decisión final sea acorde a nuestro ser.

Este tipo de situaciones son las cuales nos ha hecho encajar, conocernos y saber qué queremos el uno del otro -a algunos os parecerá que estoy contando la parte mala de la relación, y no, no es así-, todos hablamos de lo bonita que es una relación, pero casi nadie habla de esta parte, -que para mí sí es bonita-, porque en vez de ser un mal trago como muchos lo malinterpretan -o simplemente en sus vidas es así-, es un simple proceso de conocimiento en el camino de esta aventura, y os aseguro que no hay nada más bonito que aprender a amarse y conocerse, para que así, el amor sea puro y sincero.

Somos como el chocolate negro pero de “valor” y lindos como el de “lindor”. Hay varios porcentajes, el nuestro es el 100%.

Muchos de ustedes sabéis cómo somos nosotros, pero algunos no, nosotros nos queremos muchísimo, somos una pareja sana en la que no existe restricciones, tipo: “no salgas con tus amigas o amigos”, “si yo no salgo tu no sales” o “si nos gusta algo diferente gana la person que más carácter tenga”; tenemos amigos y amigas con quien hablamos y salimos, también conocemos gente nueva y el significado de “celos” jamás ha llegado a ser problema para nosotros, el por qué está en la confianza mutua y el amor que prevalece sobre nosotros.

Otro punto que no quería dejar sin contar por aquí es la distancia. Esta hija de su madre es mi peor enemiga, la que me hace desvariar y perder mis estribos, es un punto débil muy duro en mí. Pero no hay debilidad en la vida, que ella no ponga en la de uno mismo para que la afrontes y venzas. Julián y yo tenemos sueños laborales y trabajos (hasta el momento más él que yo), que nos hacen mantener una larga distancia.

¿Sabéis qué? No hay nada de qué preocuparse, es normal que nos extrañemos y que a veces nos haga estar tristes -al fin y al cabo, por mucho amor que haya entre dos, jamas debemos dejar que tome dependencia-, es uno de los puntos que puede destruir una relación donde hay amor sincero, “separa siempre amor de la dependencia”- por muy larga que la distancia sea en tiempo y longitud los corazones siempre están unidos.

15  de Diciembre del 2017.

Add A Comment